Se trata de 20 familias asentadas sobre terrenos privados hace más de 20 años. «Es la primera vez que nos sentimos acompañados desde el estado» afirmaron.
» Aunque cuentan con el certificado del RENABAP, algunos ya recibieron intimidaciones y aprietes» comentó el defensor.
Por eso, asumiendo la representación colectiva, se da inicio a un proceso para regularizar las tierras.
«La Defensoría es una herramienta del vecino y quienes deben usarla son ellos» concluyó Penayo.